Una de las figuras emblemáticas de los Diablos Rojos del México responde al nombre de Alfredo Ortiz.
El famoso Zurdo de Oro plasmó una historia inolvidable en su estancia con la novena escarlata, habiendo participado 15 temporadas en una primera etapa y dos más en la segunda.
En esos lapsos, Ortiz se convirtió en el pitcher más ganador de los colorados.
El extraordinario beisbolista veracruzano nació el 12 de enero de 1944, en Medellín del Paso, Veracruz, siendo electo al Salón de la Fama en 1993, al lado de otras figuras importantes como Ramón Arano y Aurelio López, quienes fueron sus compañeros de franela, vistiendo el uniforme de los pingos.
Además de ser un excelente pitcher también fue un estupendo toletero, por lo cual, los managers lo utilizaban también como inicialista y bateador designado.
Jugó durante 26 temporadas en la Liga Mexicana de Beisbol, defendiendo los colores de los Diablos Rojos del México, Olmecas de Tabasco, Tecolotes de Nuevo Laredo, Águila de Veracruz, Cafeteros de Córdoba, Leones de Yucatán y Pericos de Puebla.
Obtuvo 255 triunfos contra 210 derrotas. Su mejor temporada fue en 1969 con los Diablos; ese año ganó 23 juegos y perdió 9, abanicando a 129 contrarios.
En este circuito lanzó 3,841 innings, ponchó a 1,824 bateadores, consiguió 51 blanqueadas, con 3.13 de efectividad y .548 en porcentaje de ganados y perdidos.
Con el bat también logró buenas cifras. Ortiz consumó 1,425 veces al bate, disparó 350 hits, con 204 carreras producidas para un porcentaje de .246. En la Liga Mexicana del Pacífico, como lanzador, ganó 105 juegos y perdió 98, ponchó a 936 bateadores, dio 13 cierres y su porcentaje de carreras limpias fue de 2.99 y el global de .517, jugando con Mayos de Navojoa, Naranjeros de Hermosillo, Cañeros de Los Mochis, Venados de Mazatlán y Aguilas de Mexicali.
Retirado de la responsabilidad de participar con equipos a la defensiva y ofensiva, Ortiz se dedicó a entrenar beisbolistas amateurs y dirigir o hacer labores de coach con equipos profesionales.