Nació el 7 de enero de 1936, en Nuevo Laredo, Tamaulipas y falleció el 31 de marzo de 2017 en Weston, Florida.
Su ingreso al Salón de la Fama representó un singular acontecimiento, ya que por primera ocasión dos miembros de una misma familia se inmortalizan en un recinto beisbolero. Rubén, mexicano por nacimiento, es hijo del antillano Santos Canguro Amaro.
Desde niño, a Rubén todo se le facilitó en su hogar paterno para llegar a ser estrella del beisbol; heredó de su padre grandes virtudes que aplicó como caballero y deportista.
Sus manos de seda para fildear y el gran espacio que cubría en el terreno lo hicieron el mejor parador corto de su época, prueba evidente de ello es el haber obtenido el Guante de Plata en las Ligas Menores con el equipo Houston y el Guante de Oro en 1964 con los Filis de Filadelfia en la Liga Nacional; también jugó ocasionalmente la primera, segunda y tercera base y bateando fue estupendo y oportuno.
Se inició profesionalmente en 1954, con el equipo Mexicali en la Liga Arizona-Texas y posteriormente hizo una brillante carrera en Grandes Ligas, en las cuales jugó durante 11 temporadas, luciendo las franelas de los Cardenales de San Luis (1958), Filis de Filadelfia (1960-65), Yanquis de Nueva York (1966-68), Ángeles de California (1969) y de nuevo con los Filis (1970).
Jugó cinco temporadas en la Liga Mexicana del Pacífico, dos de ellas con los Yaquis de Ciudad Obregón y las tres restantes con los Tomateros de Culiacán.
También jugó con Ocotlán en la Liga Veracruzana y en la Liga Beto Ávila en el Club Xalapa.
Al retirarse del beisbol activo decidió continuar dentro de el como scout, coach, directivo y manager.
En el beisbol venezolano triunfó hasta conquistar el gallardete de la Liga con el equipo Zulia y lograr el campeonato de la Serie del Caribe, hecho consumado en 1984 en San Juan, Puerto Rico.
Su ingreso al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano fue en 1986.
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