Santos Amaro ha sido uno de los mejores exponentes del beisbol cubano.
Nació el 14 de marzo de 1908, en Aguacate, La Habana, Cuba y falleció el 31 de mayo del 2001 en el puerto de Veracruz.
Amaro fue todo un caballero fuera de los diamantes. En el terreno de juego practicaba el beisbol agresivo, porque no le agradaba perder; él quería ser ganador siempre, y por lo mismo, hacía su máximo esfuerzo para lograrlo. Esto le valió hacerse de miles de admiradores.
Procedente de su natal Cuba, llegó al bello puerto de Veracruz en 1928, con la novena Bacardi de Luis Sansirena, en donde ganaba diez dólares a la semana, además de la comida y cuarto.
Se desempeñaba como receptor, difícil para él por su elevada estatura: (1.92 metros). Después jugó la tercera base, pero su verdadera posición fue la de jardinero derecho, sobresaliendo por su poderoso brazo.
Está catalogado como uno de los bateadores más consistentes, que han pasado por la Liga Mexicana de Beisbol.
Participó en 17 temporadas y en 11 de ellas bateó sobre .300. Cuando colgó los spikes de jugador activo, en 1955, tenía .314 de promedio global, con 1,339 hits en 4,267 veces con el madero.
En 1951 sustituyó a Martín Dihigo como manager del Águila de Veracruz, equipo al que llevó a la conquista del campeonato en 1952 y 1961.
Su estirpe de pelotero se manifestó, plenamente, en su hijo Rubén, quien jugó 11 años en las Ligas Mayores.
Santos Amaro, vivió en el puerto jarocho desde 1949, hasta la fecha de su muerte.
Su ingreso al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano fue en 1976.
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