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Foto del escritorSalón de la Fama del Beisbol Mexicano

UN 15 DE SEPTIEMBRE PERO DE 1980 DEBUTA FERNANDO VALENZUELA EN LAS GRANDES LIGAS


Un día como hoy, 15 de septiembre, pero de 1980, debuta Fernando Valenzuela en la carpa grande vistiendo el uniforme de los Dodgers de Los Angeles.

Fernando vio acción frente a los Bravos de Atlanta, participando en dos innings, aceptando un imparable y logrando el primero de sus 2,074 ponches que lograría en su notable carrera.

Un año más tarde deslumbró notablemente como abridor de la novena angelina. El popular serpentinero, quien causara sensación en su llegada a la carpa grande, permaneció 17 temporadas al lado de rutilantes estrellas, ante quienes lució su inmensa categoría sobre el cerrito de lanzadores.

Desde entonces, han transcurrido más de cuatro décadas y su nombre sigue latente en la mente de miles de aficionados al rey de los deportes que siguieron su trayectoria en suelo mexicano y más allá de nuestras fronteras.

Icono mexicano

Valenzuela vio la primera luz en Etchohuaquila, una ranchería cercana a Fundición, en el municipio de Navojoa, donde comenzó a desarrollarse en el ambiente de los bates y la pelota.

A unos 200 metros de su casa, había un campito de beisbol, donde Fernando comenzó a desarrollar su potencial, que años más tarde iba a convertirlo en el mejor pitcher mexicano en Grandes Ligas. El sonorense era un predestinado de los diamantes.

Desde temprana edad mostró su enorme categoría sobre el cerrito de lanzadores en los distintos torneos amateurs donde tuvo oportunidad de participar, antes de ser descubierto para el profesionalismo.

Pero las noticias vuelan muy rápido y fue así como estas llegaron a oídos de Mike Brito, el entonces buscador de talento de los Dodgers de Los Angeles, quien no figuraba en el mundo beisbolero antes de firmar al pitcher sonorense. El cubano se desplazó a Guanajuato, plaza de la ahora desaparecida Liga Central, con la intención de observar a Alí Uzcanga, parador en corto veracruzano que le habían recomendado. Sin embargo, Brito tuvo oportunidad de ver en acción a un pitcher zurdo regordete que tuvo una salida extraordinaria, haciendo que este olvidara al short stop y se interesara en la joven promesa de los diamantes, recomendándolo a la novena angelina.

Su carrera en el gran circo inicia en 1980. Fernando fue enviado a la Liga de Texas, con el equipo San Antonio, en Clase Doble A. Ahí dio muestras de lo que se avizoraba en su trayectoria al obtener el liderato de ponches con 162. Antes de concluir el calendario, el sonorense fue subido al equipo grande.

Idolo del diamante

Un año más tarde el zurdo mexicano deslumbró desde la lomita de pitcheo, mostrando la inmensa categoría que iba a convertirlo en un grande de la pelota.

Valenzuela aprovechó la oportunidad que le diera el manager Tom LaSorda de abrir el partido inaugural ante las lesiones de Jerry Reuss y Burt Hooton, dos de sus pitchers estelares, entregando buenas cuentas al lanzar una blanqueada de cinco imparables ante los Astros de Houston, en la victoria de los Dodgers 2-0, causando, posteriormente, el fenómeno beisbolero conocido como Fernandomanía.

El resto de la historia es de todos conocida, El Toro de Etchohuaquila fue una sensación en la carpa grande, al grado de triunfar en sus primeros ocho encuentros de manera consecutiva.

Su desempeño fue brillante a lo largo del calendario, provocando inmensos llenos en los estadios, gracias a sus hazañas y a su carisma.

Su forma de lanzar echando la vista al cielo provocaron euforia y su número 34 se hizo bastante popular entre todos los amantes del rey de los deportes.

Como parte complementaria, la televisión abierta se encargó de trasmitir todos los encuentros del joven lanzador, provocando un auge intenso del beisbol en suelo mexicano.



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